Ya estamos otra vez en marcha después de un largo tiempo sin hacer nada especial que compartir con vosotr@s.
Os presento nuestra Semana Santa en Millares, un pueblecito de Valencia al que nos desplazamos para hacer algunos barrancos. Como siempre todo estaba preparado para 3-4 barrancos y sólo hicimos dos.
Millares
A pesar de que siempre decimos que el grupo para hacer barrancos son mínimo tres, como nos quedamos solitos, decidimos seguir adelante y hacer nuestros primeros barrancos los dos solos.
Barranco del Nacimiento
Barranco muy chulo, corto pero intenso, con su cascada final de 60 metros. Lo mejor de todo es que desde el Albergue en el que estábamos (Terramillares) pudimos salir andando; eso sí antes a preparar las cuerdas y tomar un poquito el sol que al ir solos, pudimos hacer todo sin prisas y sin madrugar; creo que es la primera vez que para hacer un barranco me despierto casi a las 10 de la mañana.......
Camino de aproximación, llegamos al Castillo y seguir hacia abajo
Todo instalado, mandé a Cris la primera y como siempre llegó sin problemas. Ahora me toca a mi, comienzo el descenso y a mitad el arnés (que era de estreno) me comunica que no está muy bien puesto....... y tengo que parar para colocarme; seguimos y llego al final sin más problema
Antes del retorno, comemos algo y reposamos en un lugar estupendo y muy bonito, a los pies de la cascada, sin nadie, sin caminos que den acceso a la misma, sólo se puede llegar por ella y aprovechamos un buen rato de esto.
Luego llega el momento de enfrentarse al retorno, que en su primera parte, fue casi más difícil que el barranco...
Llegamos a las ruinas de otro castillo y ya vemos el pueblo. Ahora la ducha, unas cervezas y a cenar porque hemos ido muy tranquilos y sin prisas y se nos ha pasado el día.
Barranco de Otonel
Viernes, son las 9 y nos despertamos para desayunar y dirigirnos hacia Otonel, seis Km. antes de llegar a este pueblo está el barranco al que nos dirigimos.
Dejamos el coche con la idea de regresar después a por él y nos metemos en el barranco.
El primer rapel nos lo encontramos sin agua, pero...
Un nuevo amiguito....
comienza a caer el agua por la derecha y la cosa cambió mucho.
Después de otro rapel, salimos a la parte más abierta del barranco y nos toca caminar un buen rato antes de llegar al siguiente rapel que nos llevaría al de 60.
Por el camino nos encontramos a tres personas descansando que nos dicen que están buscando la cascada de 60, el equipo que llevaban no era muy adecuado: mochilas normales, arneses de escalada, cuerdas de escalada, neopreno de surf... pero bueno pensamos que hay gente para todo y nos despedimos de ellos para seguir y hacer la 60 antes.
Se suponía que podíamos fraccionar a los 50 y Cris comenzó el descenso, me indica que ha llegado y me pongo yo con ello. A falta de 20 metros, de repente me veo a Cris en una cuevecita, donde había un natural y me dice que se ha quedado porque no lo tenía muy claro... anda que menudo susto me dio. Equipamos el natural nuevamente con un trozo de cuerda y hacemos los 20 restantes.
Aquí estamos ya en los 10 últimos. Es el momento de parar a comer algo y hacerle unas fotos a la cascada entera
Bonita, verdad?
Una vez comidos y bebidos, nos preparamos para seguir y vemos que los tres de antes, han llegado a la cabecera. Cris con su instinto me dice: no sigamos, vamos a ver que descienda el primero y luego ya seguimos.... efectivamente, a 20 metros del comienzo la chica empieza a gritar y a pedir ayuda.
La cuerda tenía un nudo (normal la lanzaron cuatro veces porque no sabían si llegaba) y se le ha empotrado en el ocho.
Cuando ya estaba buscando un punto por el que remontar la cascada, porque los dos que quedaban arriba no podían ayudarla al no saber y al haber preparado el rapel en doble y no tener más cuerda.... Aparece alguien bien equipado y comienza a preparar para ayudar a la chica, yo por mi parte remonté la cascada de 10 para ayudar en lo que podía desde abajo.
Consigue liberarla del nudo y la dice que descienda, su idea era liberar y el volver porque su acompañante no tenía mucha experiencia y quería volver para estar con ella.
Pero no siempre las cosas salen como uno quiere y la chica se vuelve a quedar bloqueada del prusiks que llevaba puesto, segundo error grave: prusiks en doble y con agua suficiente para pasar un mal rato en caso de tener un problema...
El "rescatador" decide cortar el nudo y yo controlo el descenso de la chica desde abajo. Cuando llega a la poza, la saco y viene la tercera cagada: va y me dice que le tengo que mandar el ocho y los dos mosquetones a los dos de arriba que no tienen, quééé haciendo un barranco con un 8 y además con una cascada de 60... ganas me dieron de dejarla colgada otra vez.
Pues nada ocho y mosquetones para arriba. Cuando ya sólo queda el chico, que se suponía que era el que sabía, va y a mitad de rapel se quita la cuerda para cuadrar las cuerdas..... comoooooo a 40 metros del suelo y se quita el ocho y se pone a mover las cuerdas.... madre mía si es que no pasan más cosas porque Dios no quiere.
Al final, todo salió bien y nos tocó acompañarles en un par de toboganes que había después (porque una de las chicas tenía miedo al agua...). Les hicimos salir por una senda que da a la carretera y nosotros seguimos con nuestros dos nuevos amigos Héctor y Gema, que aún nos quedaba un rapel de 30.
Aquí está Héctor
Gema arriba y Cris abajo
Después de esto, el retorno, que gracias a Héctor y Gema fue mucho mejor de lo esperado, nos guiaron y encima nos llevaron a recoger el coche y, menos mal, porque menudos 5 Km. que me tendría que haber hecho andando
De regreso nos tomamos unas buenas cervezas con ellos y se nos fue la tarde charlando y compartiendo experiencias de barrancos y de la vida en general.
Nos pasamos los teléfonos, los mails y nos emplazamos para hacer más barrancos juntos.
Nos pasamos los teléfonos, los mails y nos emplazamos para hacer más barrancos juntos.
Ya en el albergue, cenamos y a la cama.
El sábado nos levantamos con idea de un barranco pero lo cambiamos por hacer algo de turismo y conocer la zona. Hicimos kilómetros y kilómetros sin nada que reseñar salvo algún que otro paisaje, nos tendríamos que haber ido a la playita; para otra vez.
Domingo, 10:30, salimos hacia casa y con tiempo de llegar a recoger a Gus y descansar un poco antes de volver a enfrentarnos al día a día.
Agradecer el trato recibido y la amabilidad de los dueños del Albergue Terramillares, muy recomendable; nosotros volveremos seguro....
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