Ya estamos otra vez en marcha después de un largo tiempo sin hacer nada especial que compartir con vosotr@s.
Os presento nuestra Semana Santa en Millares, un pueblecito de Valencia al que nos desplazamos para hacer algunos barrancos. Como siempre todo estaba preparado para 3-4 barrancos y sólo hicimos dos.
Millares
A pesar de que siempre decimos que el grupo para hacer barrancos son mínimo tres, como nos quedamos solitos, decidimos seguir adelante y hacer nuestros primeros barrancos los dos solos.
Barranco del Nacimiento
Camino de aproximación, llegamos al Castillo y seguir hacia abajo
Todo instalado, mandé a Cris la primera y como siempre llegó sin problemas. Ahora me toca a mi, comienzo el descenso y a mitad el arnés (que era de estreno) me comunica que no está muy bien puesto....... y tengo que parar para colocarme; seguimos y llego al final sin más problema
Luego llega el momento de enfrentarse al retorno, que en su primera parte, fue casi más difícil que el barranco...
Llegamos a las ruinas de otro castillo y ya vemos el pueblo. Ahora la ducha, unas cervezas y a cenar porque hemos ido muy tranquilos y sin prisas y se nos ha pasado el día.
Barranco de Otonel
Dejamos el coche con la idea de regresar después a por él y nos metemos en el barranco.
El primer rapel nos lo encontramos sin agua, pero...
Un nuevo amiguito....
comienza a caer el agua por la derecha y la cosa cambió mucho.
Después de otro rapel, salimos a la parte más abierta del barranco y nos toca caminar un buen rato antes de llegar al siguiente rapel que nos llevaría al de 60.
Por el camino nos encontramos a tres personas descansando que nos dicen que están buscando la cascada de 60, el equipo que llevaban no era muy adecuado: mochilas normales, arneses de escalada, cuerdas de escalada, neopreno de surf... pero bueno pensamos que hay gente para todo y nos despedimos de ellos para seguir y hacer la 60 antes.
Se suponía que podíamos fraccionar a los 50 y Cris comenzó el descenso, me indica que ha llegado y me pongo yo con ello. A falta de 20 metros, de repente me veo a Cris en una cuevecita, donde había un natural y me dice que se ha quedado porque no lo tenía muy claro... anda que menudo susto me dio. Equipamos el natural nuevamente con un trozo de cuerda y hacemos los 20 restantes.
Bonita, verdad?
Una vez comidos y bebidos, nos preparamos para seguir y vemos que los tres de antes, han llegado a la cabecera. Cris con su instinto me dice: no sigamos, vamos a ver que descienda el primero y luego ya seguimos.... efectivamente, a 20 metros del comienzo la chica empieza a gritar y a pedir ayuda.
La cuerda tenía un nudo (normal la lanzaron cuatro veces porque no sabían si llegaba) y se le ha empotrado en el ocho.
Cuando ya estaba buscando un punto por el que remontar la cascada, porque los dos que quedaban arriba no podían ayudarla al no saber y al haber preparado el rapel en doble y no tener más cuerda.... Aparece alguien bien equipado y comienza a preparar para ayudar a la chica, yo por mi parte remonté la cascada de 10 para ayudar en lo que podía desde abajo.
Consigue liberarla del nudo y la dice que descienda, su idea era liberar y el volver porque su acompañante no tenía mucha experiencia y quería volver para estar con ella.
Pero no siempre las cosas salen como uno quiere y la chica se vuelve a quedar bloqueada del prusiks que llevaba puesto, segundo error grave: prusiks en doble y con agua suficiente para pasar un mal rato en caso de tener un problema...
El "rescatador" decide cortar el nudo y yo controlo el descenso de la chica desde abajo. Cuando llega a la poza, la saco y viene la tercera cagada: va y me dice que le tengo que mandar el ocho y los dos mosquetones a los dos de arriba que no tienen, quééé haciendo un barranco con un 8 y además con una cascada de 60... ganas me dieron de dejarla colgada otra vez.
Pues nada ocho y mosquetones para arriba. Cuando ya sólo queda el chico, que se suponía que era el que sabía, va y a mitad de rapel se quita la cuerda para cuadrar las cuerdas..... comoooooo a 40 metros del suelo y se quita el ocho y se pone a mover las cuerdas.... madre mía si es que no pasan más cosas porque Dios no quiere.
Al final, todo salió bien y nos tocó acompañarles en un par de toboganes que había después (porque una de las chicas tenía miedo al agua...). Les hicimos salir por una senda que da a la carretera y nosotros seguimos con nuestros dos nuevos amigos Héctor y Gema, que aún nos quedaba un rapel de 30.
Aquí está Héctor
Gema arriba y Cris abajo
Después de esto, el retorno, que gracias a Héctor y Gema fue mucho mejor de lo esperado, nos guiaron y encima nos llevaron a recoger el coche y, menos mal, porque menudos 5 Km. que me tendría que haber hecho andando
De regreso nos tomamos unas buenas cervezas con ellos y se nos fue la tarde charlando y compartiendo experiencias de barrancos y de la vida en general.
Nos pasamos los teléfonos, los mails y nos emplazamos para hacer más barrancos juntos.
Nos pasamos los teléfonos, los mails y nos emplazamos para hacer más barrancos juntos.
Ya en el albergue, cenamos y a la cama.
El sábado nos levantamos con idea de un barranco pero lo cambiamos por hacer algo de turismo y conocer la zona. Hicimos kilómetros y kilómetros sin nada que reseñar salvo algún que otro paisaje, nos tendríamos que haber ido a la playita; para otra vez.
Domingo, 10:30, salimos hacia casa y con tiempo de llegar a recoger a Gus y descansar un poco antes de volver a enfrentarnos al día a día.
Agradecer el trato recibido y la amabilidad de los dueños del Albergue Terramillares, muy recomendable; nosotros volveremos seguro....